Especialistas señalan que se debe realizar un buen planeamiento para entregar con éxito el subsidio de S/760 a casi 8,5 millones de hogares. En tanto, la pensión propuesta ascenderá a S/200 al mes, para la cual se pide seguir ejemplo de programas como Juntos.
Entre agosto y octubre, alrededor de 8,5 millones de hogares recibirán un nuevo bono de S/760, lo que implicará un desembolso e S/6.400 millones, anunció el presidente Martín Vizcarra en su mensaje a la nación por Fiestas Patrias.
“Este subsidio busca ayudar a soportar las consecuencias económicas que se generaron durante la cuarentena y la extensión de la misma. Será implementado entre agosto y octubre de este año. Vamos a llegar a atender a todas las familias vulnerables del país de acuerdo al nuevo padrón elaborado con este fin”, indicó el jefe de Estado.
El mandatario también señaló que a este grupo de hogares se están sumando 2,5 millones de familias, luego de haber sido focalizadas utilizando “complementariamente otras fuentes de información como el Censo Nacional”.
Carolina Trivelli, exministra de Desarrollo e Inclusión Social, señaló que esta era una medida esperada y que, incluso, estaba tardando, pues el anterior subsidio había quedado corto.
“Los hogares la pasan mal y necesitan un apoyo extraordinario. Mientras el empleo se recupera de a pocos se requiere de este apoyo temporal, que complementa el esfuerzo que realiza cada familia”, subrayó.
Trivelli mencionó que para la entrega de este bono se debe realizar un planeamiento que evite las largas colas y aproveche las ventajas del sistema financiero privado, así como que se utilice las billeteras electrónicas, entre otras herramientas que ayuden a evitar la presión física en el sistema bancario.
En esta línea, Paola del Carpio Ponce, economista experta en políticas públicas, añadió que hay una ventana de oportunidad con la reciente facilidad normativa para que el Banco de la Nación pueda abrir cuentas de ahorros a todo peruano con DNI. Mientras que, por el lado privado, anotó que debe mejorarse la comunicación masiva sobre su uso, entre otras habilidades digitales.
“No podemos seguir dormidos en relación a la inclusión financiera. Al 2019, cuatro de cada 10 peruanos adultos contaban con una cuenta en el sistema bancario. ¿Qué trajo esto? La necesidad de reparticiones de bonos en efectivo y aglomeraciones, algo muy contrario a los cuidados que debemos tomar en esta pandemia”, remarcó.
“[Otra lección que vemos] es la importancia de mantener actualizados los padrones de hogares para una adecuada focalización y ser capaces de ver más allá de la pobreza monetaria. Pero como ciudadanos debemos también darnos cuenta de que el costo de la informalidad es más que “pagar impuestos”: ser invisible para el Estado es también perjudicial cuando ocurren shocks tan fuertes como este”, agregó Del Carpio Ponce.
En tanto, Noelia Bernal, profesora de la Universidad del Pacífico, indicó que a partir de los resultados producto de la primera entrega del bono deben establecerse las características de este nuevo proceso a fin de que sea eficiente y célere.
“Se debería tener mayor información a partir de la primera entrega, por ejemplo, quiénes cobraron y cómo cobraron. [Ahora se tiene] la apertura de manera masiva para que tengan acceso [los peruanos]. El único tema es que para cobrar hay dos alternativas: entrar a una agencia o a un cajero. Lo ideal es lo último, pero para eso se necesita [información del comportamiento en la entrega del primer bono]”, explicó Bernal.
El presidente reportó que de los más de S/5.000 millones destinado a la entrega de bonos de S/760 se ha llegado «a atender a seis millones de hogares, que representa a casi el 90% del primer padrón general».
LOS OTRO AFECTADOS
Vizcarra también informó la creación de una “pensión de orfandad por S/200 mensuales hasta que alcancen la mayoría de edad” para los niños cuyo alguno de sus padres haya fallecido por el COVID-19.
“Este virus ha dejado en luto a muchas familias, pero, sobre todo, huérfanos a muchos niños que hoy están bajo el amparo de sus tíos, abuelos o familiares cercanos. Nadie puede voltear la mirada frente a esa triste realidad. Esos niños no solo han perdido a su padre, a su madre, sino también vienen enfrentando dificultades económicas”, manifestó.
Trivelli saludó esta medida, toda vez que cumple con asegurar un “piso mínimo” de necesidades a los menores, como asegurarles una alimentación adecuada. Mientras que Del Carpio Ponce destacó la relevancia de cómo se diseñe esta pensión y añadió que podría tomarse las lecciones de programas como Juntos, por ejemplo, de modo que se asocie su entrega a la matrícula en la escuela.
“Esto podría evitar una deserción escolar masiva, particularmente de aquellos que estén en secundaria”, remarcó Del Carpio Ponce.
Sin embargo, Bernal observó esta propuesta, al considerar que si bien cumple una función solidaria no muestra haber sido estudiada lo suficiente.
“Me parece una medida populista. Me preocupa cuál será la fuente de financiamiento que habrá considerado el Ministerio de Economía y Finanzas en un contexto de recesión. Por ahí veo que no es una medida acertada. Las pensiones son caras y se tiene que ver la capacidad fiscal porque deberá cumplirse todos los meses. En su lugar se debe apuntar a generar empleo. No hay mejor pensión que un empleo en el hogar”, refirió.
Bernal también comentó sobre este tema que entra a tallar un factor importante: el sinceramiento del número de personas fallecidas a causa del COVID-19, pues el requisito para que los menores accedan a esta pensión es que se acredite que su familiar falleció por este motivo. “Para dar esta pensión se tiene que sustentar la muerte del titular. Pero si no está acreditada, ¿qué va a pasar?”, anotó.
Por último, Trivelli señaló que todas estas medidas deben insertarse dentro de una mirada más amplia de lo que debe ser este esfuerzo en materia de protección social.
Fuente: El Comercio