Las ventas serán menores que el año pasado, pero esta última temporada ayudará a mitigar la caída, indicó experta. Agregó que las compras ahora son más “racionales”, dada la incertidumbre que persiste.
El impacto de la pandemia por el coronavirus aún se extendería hasta el cierre del año. Y, en esta línea, la temporada de ventas navideñas -una de las más relevantes- también se afectaría por una serie de factores.
Por ejemplo, para las ventas en el último trimestre del 2019, en Gamarra se utilizaron alrededor de 1.000 toneladas de algodón. Pero, debido a las consecuencias de la crisis sanitaria/económica, este año se alcanzarían –siendo optimistas– 600 toneladas, indicó José Luis Muñoz, presidente de la Unión Nacional de Empresarios Textiles del emporio.
Entre los factores, inciden que las fábricas han bajado su producción por un tema de aforo y que un número relevante de empleados está infectado, explicó Muñoz, quien también es proveedor de materia prima de hilatura.
Pablo Fráquita, empresario del emporio, contó, por ejemplo, que por la crisis (y el cierre de fronteras) tuvo que cambiar su foco de clientes del exterior al interior, pero aun así su margen de ganancia ha disminuido significativamente.
“En el segundo semestre del 2019 vendí casi 20.000 prendas para el extranjero, pero ahora registro 2.500, luego de girar hacia el mercado interno. Esto, a su vez, representa una menor ganancia porque por una venta hacia afuera se gana, por ejemplo, S/6, pero ahora esta es de S/2,5. Entonces, tengo que vender en volumen: duplicar mi producción”, comentó Fráquita.
Este escenario, además, devino en recortar personal e implementar estrategias para sortear la crisis, incursionando en otros rubros como la venta de mascarillas, termómetros, entre otros, agregó Fráquita.
En esta línea, Muñoz refirió que el impacto al emporio comercial se concreta también porque no pueden realizar envíos a diferentes países de la Comunidad Andina que abastecen.
Muñoz señaló que si bien el emporio hoy retoma su dinamismo, las ventas caerían en 30% frente a la temporada previa. A su vez, estima que en el 2021 la situación mejore considerablemente. “Hay mucha demanda en el sector textil”, indicó.
Sin embargo, este efecto no es un hecho aislado y se replica en otros comercios. Zonia, vendedora de ropa con más de 30 años en Polvos Azules, indicó que ha tenido que reducir sus locales de los tres que tenía en marzo a solo uno, en la actualidad, para “mantener a los clientes”.
Su expectativa frente a la campaña del cierre de año es que no mejorará de manera relevante, pese a que se ha apoyado en las plataformas online.
“Hoy llegamos a vender un tercio de lo que se vendía hace un año. Yo veo la crisis y muchas veces pienso en cerrar. ¿Cuál es la situación? Debido a que los ingresos son cortos, no podemos pagar los alquileres, a las vendedoras, además que hay más costos por la implementación de protocolos y más. Incluso, estoy evaluando cambiarme de régimen tributario”, comentó Zonia.
Fuente: El Comercio