Los Gobiernos regionales presentaban un repunte hasta 2021, mientras que los Gobiernos locales han oscilado entre subidas y bajadas.
Pero lo relevante es que ninguno de los casos se ha acercado al 100% de ejecución, lo cual es muy grave, pues implica que grandes cantidades de dinero que debían asignarse en gastos que mejoraran al sector agropecuario han quedado inutilizados. La situación en 2022 es aún más llamativa. Al 11 de septiembre, el Gobierno nacional solo ha ejecutado el 52.2% del PIM; los Gobiernos regionales; un 44.6%; y los Gobiernos locales; un 41%.
En cuanto a la inversión pública, el PIM también se ha incrementado con el tiempo (+46.5% en 2022 con relación a 2018, +11.8% respecto de 2021), pero en este caso son los Gobiernos subnacionales los que acumulan la mayor parte. Los porcentajes de ejecución también están lejos del 100%, y son, en general, menores a los del gasto público. Los datos de 2022 son, nuevamente, los peores: un 32% para el Gobierno nacional, un 43.5% para los Gobiernos regionales y un 40% para los Gobiernos locales.
La “no ejecución” de la inversión es un problema, pero las cifras agregadas por el momento no revelan mucho respecto de qué está pasando con la ejecución de los proyectos públicos. Los proyectos con un porcentaje de ejecución nulo tienen una presencia notoria en ambos niveles de Gobierno.
En 2021, hubo 51 proyectos con un avance presupuestal nulo en los Gobiernos regionales, y 582 en los Gobiernos locales. En 2022, su cantidad es tal que representan el mayor grupo en términos de porcentaje de ejecución (un 38% del total en ambos casos). Dicho esto, dentro de esos proyectos predominan los que tienen un PIM menor a los S/ 500,000.