Para Víctor Gobitz, CEO y gerente general de Antamina, el Estado -sectores público y privado, y gremios empresariales- debe lograr la formalización de los mineros informales. Señaló que hace “20 años se viene haciendo los esfuerzos para lograr la formalización de este grupo de mineros; pero no ha habido logros”.
“Esa minería informal hace uso de fondos que no tiene registro ni tiene trazabilidad; además, se genera objetivos de corto plazo”, comentó.
Igualmente, precisó que se estima entre 400,000 a 600,000 personas que se dedican a la minería informal. Tras ello, consideró que es posible que esta actividad -que está en el ámbito no formal- sea parte del caldo cultivo de esta situación de crisis que se vive actualmente en el Perú.
“Creo que algunas personas, que marchan, piensan erróneamente que con acciones violentas van a cambiar el curso de la formalidad que se requiere para desarrollar una industria minera sostenible en el tiempo”, afirmó.
Asimismo, evaluó que el problema en el Perú no obedece a factores de una macroeconomía; sino sería más de nivel microeconómico. “No estamos logrando trasladar esa misma capacidad financiera que hemos alcanzado como país a los espacios donde todavía hay informalidad”, opinó.
“En esos espacios se podrían estar generando un caldo de cultivo de insatisfacción y obviamente se está canalizando de forma negativa”, añadió.
Por otro lado, Gobitz subrayó que, pese a un entorno negativo para la industria minera, las empresas han seguido invirtiendo y apostando por el Perú.
“La puesta en marcha de Quellaveco revela que la minería tiene un tremendo potencial de seguir creciendo en el Perú”, formuló.