Entre agosto y noviembre pasado, parte importante del territorio nacional atravesó por una etapa que se denomina déficit hídrico; es decir, aquella situación en la que la oferta de aguas superficiales no satisface ni al 25% de las necesidades de los usuarios.
Esta escasez de agua, debido principalmente a la ausencia de lluvias, afectó la vertiente del Pacífico, así como la sierra central y sur del país. En la sierra, en realidad, la menor disponibilidad de agua ya había empezado desde mayo.
Según el Ministerio de Agricultura (Midagri), octubre pasado fue el mes más seco registrado en el país en los últimos 58 años, y los departamentos más afectados fueron: Junín, Huancavelica, Ayacucho, Cusco y Puno. De acuerdo con el seguimiento de las intenciones de siembra para seis cultivos priorizados que realiza la Dirección de Estudios Económicos del Midagri, durante el período agosto-octubre del 2022 las siembras realizadas fueron 6,0% menores que las que se registraron en las cinco campañas previas de años anteriores.
En orden de importancia, los cultivos que explican esta caída fueron la quinua (-30,5%), la papa (-12,1%), el maíz choclo (-6,6%) y el arroz (-4,9%), que en conjunto explican más de 40.000 hectáreas en el ámbito nacional que se compensan, en parte, por mayores siembras de otros cultivos.
Esta situación de menores siembras puede, sin embargo, revertirse en los próximos meses en tanto se ha observado desde la segunda semana de diciembre que las lluvias han empezado a presentarse con regularidad y los pronósticos del Senamhi para los próximos meses es que estas estarán por encima de los niveles observados en años anteriores.