El abogado especialista en Gestión Pública, Juan Mejía Seminario, se refirió a los beneficios económicos propiciados por la Constitución de 1993. Según indicó, la Constitución del 79 fue la base para la actual; sin embargo, se modificó el capítulo económico para evitar, entre otros puntos, las estatizaciones que eran muy comunes por los años 70.
Es así que, una de las principales mejoras generadas por este documento es la desregulación en materia económica, es decir, el Estado solo puede realizar actividad empresarial de forma subsidiaria y si es autorizado por una ley que exprese su necesidad pública.
Asimismo, brindó garantía a los ciudadanos y empresas para que realicen diversas actividades económicas de manera libre, bajo el marco de las leyes vigentes.
“Económicamente es una Constitución más liberal y eso ha permitido el desarrollo, en alguna medida, del Perú. Creo que le ha dado un rumbo de más estabilidad económica al país y más bien yo creo que la etapa de crecimiento ha venido con esa Constitución”, expreso.
En este sentido, mencionó que el Perú no necesita de una Constitución que restrinja el crecimiento económico como la que rige en Venezuela; y agregó que los peruanos debemos mirar el ejemplo de Chile que rechazó la conformación de una Asamblea Constituyente.
“Perú no necesita una constitución venezolana, bolivariana. El ejemplo más palpable, Chile quiso hacerlo y los chilenos se fueron al referéndum y le dijeron no al cambio de constitución y más bien están viendo la manera de sacar Boric del cargo. Se debe buscar la mejora económica del país, no el empeoramiento”, dijo.