Las masivas protestas iniciadas en diciembre de 2022 después del fallido golpe de Estado perpetrado por Pedro Castillo, las lluvias intensas que han afectado a dieciséis regiones del país y la debilidad de los poderes Ejecutivo y Legislativo han afectado los niveles de producción e inversión durante el primer trimestre del 2023. La construcción es el sector que más se ha contraído en los tres primeros meses del año.
El gobierno de la presidenta Boluarte enfrenta el malestar de autoridades subnacionales y ciudadanos por la demora en la atención de la emergencia producida por las inundaciones. La ineficiencia y descoordinación que han mostrado los diferentes niveles de gobierno para proveer ayuda elemental a los damnificados sólo contribuye a profundizar la desconfianza de los ciudadanos hacia los gestores públicos.
El proceso de reconstrucción que debe iniciarse con urgencia puede verse perjudicado por la probable ocurrencia del Fenómeno El Niño en los próximos meses. Frente a ello, el gobierno central apuesta por transformar la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios en una Autoridad Nacional de Infraestructura. Según Capeco, es prioritario que el Legislativo y el Ejecutivo promuevan un conjunto de reformas sobre el funcionamiento del Estado.
La actividad constructora se contrajo un 10.2% en febrero, siendo el sector que experimentó la mayor caída y el único que lo hizo en más de 10%, en los dos primeros meses del año. Además, Capeco proyecta una baja del 12.1% en marzo. Pese a ello, la inversión pública aumentó un 22.0% en el primer trimestre en relación con el mismo periodo del año anterior.
El BCR redujo de 1.3% a 1.0% su proyección de crecimiento para la construcción en 2023. Las empresas de la construcción también han disminuido sus expectativas sobre el nivel de sus operaciones este año. Tres consultoras privadas coinciden en que el sector se contraerá entre un 3.0% y un 3.4%.