Una mirada al presupuesto destinado a la reducción de la vulnerabilidad por desastres muestra que, en las últimas dos gestiones de gobernadores y alcaldes (entre 2015 y 2022), las regiones de Huancavelica (38%), Tumbes (45%), Piura (48%) e Ica (49%) registraron niveles de ejecución por debajo del 50%. Ello resulta preocupante en vista de los pronósticos que anticipan un eventual Fenómeno El Niño en los próximos meses. En el pasado, este evento ha ocasionado graves daños a la economía por no estar preparados.
La baja ejecución no permitiría atender las distintas amenazas que se generarían a consecuencia del fenómeno. De hecho, el Senamhi indicó que los departamentos de la Costa Norte (Piura, La Libertad, Lambayeque y Tumbes) serían los más afectados, al igual que ocurrió en el 2017. Cabe recordar que estos departamentos concentran el 18% del total nacional de comercio y servicios de transporte.
“A pesar de la alta vulnerabilidad que enfrenta Piura, esta es la región que tiene el mayor monto acumulado de recursos económicos sin ejecutar por parte de su Gobierno Regional, con más de 637 millones de soles entre 2015 y 2022”, recordó César García, investigador de la Red de Estudios para el Desarrollo (REDES).
Por sectores
En el caso del sector agrícola, podría registrarse una pérdida de terrenos y salinización de suelos (aumento de sal en el suelo y que resulta perjudicial para el crecimiento de los cultivos). Al respecto, el Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (CENEPRED) identificó que, aproximadamente, 1.4 millones de hectáreas de superficie agrícola se encuentran en riesgo alto y muy alto de verse expuestos a inundaciones ante lluvias asociadas a este fenómeno.
“El sector agrícola cayó más de 20% solo en abril debido a las desfavorables condiciones climáticas que redujeron la superficie cosechada y el rendimiento de algunos cultivos como papa, quinua y aceituna”, apuntó el especialista.
En cuanto al sector transportes y comunicaciones, se registrarían daños en la infraestructura productiva (canales de irrigación, compuertas, entre otros) y destrucción de vías de comunicación, como carreteras y puentes. En este caso, CENEPRED estima 15 mil kilómetros de infraestructura vial en riesgo alto y muy alto por este fenómeno.
Por otro lado, en el sector pesquero se observan impactos positivos y negativos. Ciertas especies de agua fría, como la anchoveta, sardina, y merluza, migran hacia otras áreas o a zonas más profundas del mar, lo que limita su pesca. En sentido opuesto, debido al incremento de la temperatura, aumentan especies como pota, perico y bonito. Al respecto, García comentó que el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) revisó recientemente sus expectativas.
“La proyección de crecimiento del sector pesca se ha reducido de gran manera. En marzo, el BCRP estimó un crecimiento de 5%, pero ahora en junio considera que la producción del sector caerá en 15%. Lo que indica que los impactos negativos hacia el sector serán mayores que los positivos, perjudicando la producción de harina de pescado (insumo importante para la alimentación de pollos) y la generación de puestos de empleo”, enfatizó el especialista.