Garantizar que la educación se ajuste a las necesidades del mercado es esencial, tanto para los jóvenes como para la economía del país. Según la Cámara de Comercio de Lima (CCL), hay cerca de 1.5 millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan, esta cifra está por encima del promedio histórico nacional de 1.3 millones.
María José Gómez, directora de la Fundación Forge para Perú, Colombia y Ecuador, señala que preparar laboralmente a los jóvenes significa combinar competencias técnicas y habilidades socioemocionales para tener un empoderamiento y buen desenvolvimiento en entornos cambiantes.
“No solo se trata de aprender habilidades para un trabajo, sino también de desarrollar la capacidad de adaptarnos, ser creativos y contribuir al crecimiento de la sociedad. Ayudar a los jóvenes que no estudian ni trabajan implica enseñarles no solo cosas técnicas, sino también cómo ser fuertes ante los desafíos, pensar de manera original y trabajar bien con otros”, indica.
Frente a este contexto y con el objetivo de impulsar las habilidades de las jóvenes peruanas y aumentar sus perspectivas de empleo, Fundación Forge Perú ha puesto en marcha el programa “Tu Futuro”, donde brinda 150 becas a jóvenes del Callao.
Quienes participen aprenderán a fortalecer sus habilidades socioemocionales (blandas) y digitales. Este programa educativo será 100% gratuito y online, dirigido a jóvenes entre 18 y 24 años con dificultades económicas.
En ese sentido, la especialista de Fundación Forge detalla cinco estrategias que podrían contribuir a adaptar la educación con las demandas del mercado laboral:
1) Analizar las demandas laborales:
Es importante entender las tendencias actuales y futuras del mercado laboral. Esto implica identificar las industrias en crecimiento, las habilidades y competencias más solicitadas, y las tecnologías emergentes. Esta información ayudará a diseñar programas educativos más alineados con las necesidades actuales.
2) Aprendizaje de experiencia
Promover el aprendizaje práctico y basado en proyectos puede ayudar a los jóvenes a aplicar sus conocimientos en situaciones del mundo real. Esto no solo fortalece su comprensión, sino que también les permite desarrollar habilidades prácticas y aprender a resolver problemas de forma efectiva.
3) Formación en tecnología
Dado el rápido avance tecnológico, es crucial que los jóvenes adquieran habilidades digitales relevantes para el sector donde se desenvolverán. Esto puede incluir programación, análisis de datos, uso de herramientas de software específicas y comprensión de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial.
4) Habilidades blandas
Además de los conocimientos técnicos, las habilidades blandas como el trabajo en equipo, la comunicación efectiva, la resolución de problemas y el pensamiento crítico son esenciales en el entorno laboral actual. Los programas educativos deben incorporar oportunidades para desarrollar estas competencias necesarias.
5) Inclusión de capacidades emprendedoras
Fomentar el espíritu emprendedor y la innovación puede ser valioso, incluso para aquellos que no planean iniciar sus propios negocios. Estas habilidades promueven la creatividad y la adaptabilidad, cualidades esenciales en el mundo laboral actual.
Finalmente, la directora de Fundación Forge menciona que la adaptación de la educación a las dinámicas del mercado laboral no solo constituye una inversión en el futuro individual de los jóvenes, sino que también sienta las bases para una economía resiliente y en constante crecimiento.
“A través de la colaboración activa entre instituciones educativas, empresas y Estado, podemos moldear una fuerza laboral capacitada y adaptable capaz de enfrentar los desafíos del mañana”, puntualiza.