A pesar del avance de la participación femenina en el campo laboral, las desigualdades con los hombres persisten en aspectos como la distribución de las tareas domésticas y salarios.
Recientemente, la economista Claudia Goldin se convirtió en la tercera mujer en ganar el Premio Nobel de Economía por sus estudios sobre la evolución de las mujeres en el mercado laboral, las brechas salariales y los retos que enfrentan en la actualidad.
Así, Goldin describe que no hubo un crecimiento ascendente, sino en forma de ‘U’ (Ver gráfico), donde de acuerdo a las estructuras de cada época, se pasó de una sociedad agrícola a una industrial, y para principios del siglo XX se observó más participación femenina en el trabajo gracias al aumento de oportunidades de educación, el cambio de expectativas profesionales de las jóvenes y el acceso a métodos anticonceptivos y planificación familiar. Pese a los avances, las desigualdades siguen siendo amplias.
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Cuidados del hogar
La última encuesta sobre representaciones del trabajo de cuidado en el Perú, elaborada por el Instituto de Estudios Peruanos (IEP), Oxfam y el Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, reveló que 7 de cada 10 personas señalaron que en su hogar la mujer es la principal responsable de las responsabilidades domésticas, pero solo el 31% considera que esta actividad debe ser remunerada.
En contraste, más de la mitad cree que solo se debe pagar si es una persona externa a la familia. Esto refleja un panorama donde cerca de un 70% de mujeres realiza esta labor sin una remuneración.
Dificultades actuales
En ese contexto, Sadith Sarmiento, coordinadora de proyectos de Fundación Forge, precisa que, si bien los estudios de Goldin se centran en desarrollar la situación de las mujeres en EE. UU. a lo largo de 200 años, también son un reflejo de las condiciones laborales femeninas en varios países, incluido el Perú.
Especialmente, el análisis de la premio nobel indica que las dificultades laborales aumentan de manera más pronunciada después del nacimiento del primer hijo.
“Hay un quiebre cuando las mujeres empiezan a tener responsabilidades en casa. La organización de la economía demanda presencialidad, y ellas no pueden estar al 100% si se encargan del cuidado doméstico y de los hijos”, indicó Sarmiento a La República.
Además, precisó que en Perú, 7 de cada 10 jóvenes son informales, de los cuales 5 son mujeres porque no se adecúan a los horarios formales.
Otro factor clave son las altas desigualdades salariales. Según el INEI, al segundo trimestre del 2023, la diferencia en los ingresos entre hombres y mujeres ascendía a S/500. Si nos centramos solo en regiones, esta disparidad sube incluso a S/700 o hasta S/900.
Fuente: La República