El SERFOR advierte que las poblaciones de zorros son afectadas por la expansión de la frontera agrícola, la construcción de proyectos inmobiliarios y la tala ilegal de los bosques secos.
El Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR) verificó el estado de salud de una cría de zorro costero (Lycalopex sechurae), que fue hallado en campos de cultivo del centro poblado Chapairá, en el distrito de Castilla, en el departamento de Piura.
En la intervención, se observó que el animal, de aproximadamente dos meses y medio de edad, no podía movilizarse normalmente y arrastraba sus patas posteriores; por lo que viene recibiendo tratamiento especializado para poder volver a caminar.
El especialista en fauna silvestre del SERFOR en Piura, Max Guerra, informó que el pequeño mamífero fue internado en la veterinaria Pet Clinic, donde recibe tratamiento y rehabilitación, que consiste en la aplicación de analgésicos, antinflamatorios y vitaminas para regenerar los tejidos nerviosos. Además, también se le ha programado sesiones de fisioterapia durante dos semanas. Su pronóstico es favorable, remarcó Max Guerra.
“Las poblaciones de zorros costeros es uno de los mamíferos afectados por actividades humanas; considerando la expansión de la frontera agrícola, la construcción de proyectos inmobiliarios y la tala ilegal de los bosques estacionalmente secos. Por este motivo, es que muchas veces se les encuentra en el campo que rodea la ciudad”, precisó el biólogo Max Guerra.
El zorro costero se distribuye entre las zonas del noroeste de Ecuador y la costa central del Perú. Se encuentra en la lista de especies amenazadas de fauna silvestre de nuestro país, donde está categorizada como “Casi amenazado”. Se alimenta de frutos del algarrobo, zapote, añalque, cerezo y vichayo; así como, de roedores, reptiles, aves, insectos, escorpiones, peces, crustáceos y carroña.
Ante las diferentes actividades humanas que han reducido notablemente el hábitat natural de los animales silvestres, se vuelve más común el avistamiento y la presencia de ejemplares, como los zorros costeros. Por ello, el SERFOR promueve el respeto de sus espacios y la valoración de su rol en los ecosistemas, en concordancia con una convivencia armónica.
En ese sentido, se resalta la importancia de aprender a coexistir con la fauna silvestre y evitar riesgos, sin perjudicarlos o vernos afectados.