Es inaceptable que la opacidad reine en una empresa que se permite volver a pedir al Gobierno un rescate que significa un total de 2,550 millones de dólares, refiere el periodista Fernando Carvallo.
Con una nueva refinería, cuyo monto de utilidades es desconocido; unos miembros de directorio con conflictos de intereses, y una solicitud de ‘rescate’ que asciende a US $2550 millones, no queda duda de que Petroperú es un ejemplo emblemático de mala gestión.
“Es inaceptable que la opacidad reine en una empresa que se permite volver a pedir al Gobierno un rescate que significa un total de 2,550 millones de dólares. Al mantener una actitud equívoca ante Petroperú, el Gobierno prolonga la incertidumbre y contribuye a que se degrade aún más la calificación financiera de la empresa”, manifestó el periodista Fernando Carvallo.
Con miras a esbozar una solución, Carvallo considera que se necesita de inmediato cambiar a los directores de Petroperú y nombrar a profesionales competentes e independientes, que aseguren una gestión transparente y decidida a luchar contra la corrupción. “Solo después se podrá diseñar una estrategia para el largo plazo que garantice el abastecimiento en todo el territorio nacional y la estabilidad de los precios, porque su alza repercutiría sobre todos los sectores”, expresó el periodista.