Expertos plantean la necesidad de cambios estructurales en la petrolera estatal.
En una reciente declaración, el presidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola, anunció que el Gobierno no proporcionará un nuevo aporte de capital de US$1,150 millones a Petroperú, optando en cambio por reprogramar las deudas de la empresa estatal con el MEF. Aunque se indicó que se brindaría el resto del apoyo financiero solicitado, la medida ha generado preocupaciones, reflejadas en la reciente degradación de la clasificación de riesgo de Petroperú por parte de Fitch, ubicándola a un paso del «default». La petrolera, con una deuda total de US$5,107 millones y problemas estructurales, enfrenta una crisis que amenaza con desencadenar tensiones laborales y complicar aún más su situación financiera.
Expertos atribuyen la crisis de Petroperú a decisiones pasadas, como la inversión en la Nueva Refinería de Talara, un proyecto que generó más costos que beneficios, según exdirectivos de la empresa. A pesar de estos desafíos, el ministro de Economía, Alex Contreras, afirma tener un plan para revertir la situación. Sin embargo, la única medida concreta hasta ahora ha sido aumentar la participación del MEF en el accionariado de Petroperú. La crisis se intensificó con la gestión de Hugo Chávez Arévalo como gerente general, marcando un punto crítico en la historia de la empresa estatal.
Ante esta situación, diversas voces plantean la necesidad de cambios estructurales, incluyendo una renovación en el directorio y gerencias de Petroperú. Mientras algunos sugieren la opción de atraer inversionistas externos, otros advierten sobre la complejidad de la privatización debido a la carga de deuda. La solución para Petroperú parece requerir medidas drásticas y una revisión profunda de su gestión para superar los desafíos financieros actuales y recuperar la estabilidad.