Carmen Robatti, presidenta del Comité de Pisco de ADEX, prevé un 2025 positivo para la industria del pisco, que se vería impulsado por la innovación en sabores y la creciente demanda global.
En el marco del Día del Pisco, Carmen Robatti, presidenta del Comité de Pisco de la Asociación de Exportadores (ADEX), estuvo presente en Economía Para Todos por RPP y dio a conocer datos sobre esta bebida emblema del Perú.
En cuanto a las exportaciones de pisco, Robatti reveló que el 2024 cerró con cifras de $ 8.5 millones, destacando mercados clave como Estados Unidos, España y Japón.
Para 2025, las expectativas son positivas. “Esperamos recuperarnos con las exportaciones, de repente alcanzar $ 1.5 millones o tal vez $ 2 millones”, expresó Robatti. La especialista comenta que, a pesar de los retos, el pisco sigue siendo una bebida con un fuerte potencial en mercados internacionales.
El consumo interno es bajo, todavía
Uno de los principales retos que enfrenta el pisco en el Perú es el bajo consumo interno. Sin embargo, eventos como el Día Nacional del Pisco Sour, celebrado el 31 de enero, ofrecen una oportunidad para incentivar el consumo.
A pesar de la creciente cultura de consumo, Robatti subraya que el pisco sigue siendo visto principalmente como un ingrediente para la preparación del pisco sour. “El pisco es un insumo para el pisco sour. A medida que el consumo interno suba, el piso se va a mover con mayor facilidad y vamos a poder comercializar internamente”, explicó.
El pisco sour sigue siendo la receta más emblemática del país, pero los mixólogos peruanos no dejan de innovar. Si bien la receta tradicional sigue siendo la base (3 oz de pisco, 1 oz de jarabe, 1 oz de limón y una clara de huevo), las variaciones se han multiplicado con la incorporación de frutas como el mango.
“Ahora tenemos la posibilidad bastante fuerte de producir un pisco sour a base de mazorca de mango o de con jarabe de mango, porque es una temporada fuerte de esta fruta y es bueno impulsarlo», mencionó.
Pisco, un motor económico para las familias peruanas
El pisco no solo es una bebida culturalmente significativa, sino que también sostiene a muchas familias en todo el país. Robatti explicó que en el Perú existen alrededor de 438 productores artesanales de pisco, algunos de los cuales cuentan con tierras de cultivo propias.
Por ello, la producción de pisco es una cadena que involucra a agricultores, bodegas, técnicos y enólogos, hasta llegar a los restaurantes que lo promocionan.
Ella comenta que la cadena de trazabilidad del pisco empieza en los campos de cultivo, sigue en el lugar de elaboración del pisco y termina en los restaurantes que lo ofrecen.
Finalmente, resaltó la importancia de los microclimas y las características del terruño en la producción del pisco. “En Ica, por ejemplo, tenemos una amplitud térmica que le da una característica especial, una tipicidad especial«, explicó.