Día de los Trabajadores: ¿Cuál es la realidad de las trabajadoras del hogar en el Perú?

A nivel internacional, la desaceleración económica posterior a la pandemia ha limitado la creación de empleos decentes y formales, acentuando la precarización laboral.

En este contexto, el trabajo del hogar remunerado ha sido uno de los sectores fuertemente afectados en el Perú: solo en 2020, se perdió el 41 % de los puestos de trabajo en este sector como consecuencia directa de la pandemia (OIT, 2025).

Frente a esta realidad, resulta prioritario promover el cumplimiento efectivo de los derechos laborales de las trabajadoras del hogar. Un paso fundamental en este camino es fomentar la formalización mediante la suscripción de contratos escritos, que son obligatorios en el país desde la promulgación de la Ley N.º 31047 en 2020.

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En este marco, y con motivo del Día de las Trabajadoras del Hogar, la OIT y el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo unieron esfuerzos para lanzar la campaña “CONtrato justo – Formalizar es reconocer”.

Como parte de esta campaña, la OIT presenta hoy —en el marco del Día Internacional de los Trabajadores— una radiografía actualizada del trabajo del hogar en el país, basada en un estudio que recoge percepciones tanto de personas trabajadoras como empleadoras y que permite identificar avances, desafíos y prioridades en la implementación de la ley.

Contratos, vacaciones y seguro: derechos en el papel

La OIT llevó a cabo recientemente el estudio “El trabajo del hogar en el Perú: características, cumplimiento de derechos y reconocimiento social”, que recoge las percepciones de las personas trabajadoras del hogar y de quienes las emplean.

El estudio revela que solo el 5 % de las trabajadoras del hogar en Perú cuenta con un contrato escrito, un documento fundamental para garantizar el acceso a derechos básicos. Quienes tienen este tipo de contrato acceden con mayor frecuencia a beneficios como vacaciones, seguro de EsSalud, gratificaciones y pago por horas extra.

Siete de cada diez trabajadoras encuestadas consideran que contar con un contrato escrito mejoraría su situación laboral. Las principales razones que señalan en este sentido incluyen: estar protegidas por la ley (53 %), poder exigir beneficios y derechos laborales (50 %) y acceder a un mejor sueldo (46 %).

Uno de los hallazgos más relevantes del estudio de la OIT es el aún significativo desconocimiento de la Ley N.º 31047, que equipara los derechos laborales de las trabajadoras del hogar a los de cualquier otra persona trabajadora del régimen privado general. Apenas el 9 % de las trabajadoras del hogar y el 15 % de las empleadoras afirman conocer la nueva ley. Este desconocimiento se traduce en la errónea percepción de que la ley no les aplica, ya sea por la modalidad de trabajo o por la duración de la jornada.

Leddy Mozombite, secretaria general de FENTTRAHOP, insistió en que “el contrato escrito conforme a la Ley N.º 31047, es bueno para ambas partes pues formaliza la relación laboral con reglas claras. Este es un primer paso para garantizar derechos laborales. Además, ya hay modelos de contrato publicados por el Ministerio de Trabajo que facilita descargar, llenar y firmar».

Por su parte, María de los Ángeles Ochoa, secretaria general de la FENTRAHOGARP, indicó que “el contrato escrito es la puerta de entrada a la formalización y al acceso de las trabajadoras del hogar a todos los derechos que la ley les otorga, al igual que cualquier otro trabajador”.

El rostro del trabajo del hogar en Perú: mujeres, principal sustento familiar, trabajando largas jornadas

Los datos del estudio permiten conocer mejor quiénes son las trabajadoras del hogar en el Perú y en qué condiciones realizan su labor. La muestra encuestada estuvo conformada en un 96 % por mujeres, una mayoría de personas perteneciente a los niveles socioeconómicos C y D (85 %) y un 33 % de población migrante interna. Tres de cada cuatro de estas personas encuestadas señalaron ser el principal sustento económico de sus hogares.

En cuanto al nivel educativo, el 31 % de las trabajadoras cuenta con primaria incompleta o completa, el 61 % con secundaria completa y solo el 8 % ha alcanzado estudios técnicos o universitarios completos.

Sobre las condiciones de trabajo, el 82% de trabajadoras del hogar encuestadas asegura trabajar en una sola casa y el 91% lo hace sin residencia. Aunque la jornada promedio es de 7 horas diarias, el 57 % de quienes sí laboran con residencia afirmó trabajar más de 12 horas al día. Además, el 48 % realiza tareas de cuidado de personas como parte de sus funciones.

A ello se suma una alta exposición a situaciones de vulnerabilidad: el 38 % reportó haber sufrido discriminación o maltrato en el ejercicio de su labor, y apenas un 34 % sabe a qué autoridad acudir para denunciar estas situaciones.

Promover la ley, garantizar derechos

La OIT confirma su compromiso de seguir promoviendo el conocimiento y la implementación efectiva de la Ley N.º 31047, en el marco del proyecto “Abriendo Puertas” en colaboración con el Gobierno de Canadá. En articulación con las organizaciones gremiales del sector y el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, se seguirán desplegando esfuerzos para que los derechos laborales de las personas trabajadoras del hogar sean una realidad.

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