El director ejecutivo de ComexPerú, Jaime Dupuy, advierte que la grave crisis de Bolivia muestra los riesgos de un modelo donde el Estado lo controla todo, y alerta que seguir ese camino en Perú podría traer más pobreza, menos empleo y una economía estancada.
De acuerdo con Jaime Dupuy, director ejecutivo de ComexPerú, la crisis económica de Bolivia es resultado de un modelo estatal sobredimensionado e ineficiente. Dicho país enfrenta escasez de dólares, déficit fiscal y fuga de capitales. También sufre el colapso de su producción energética y la pérdida de reservas internacionales.
En ese sentido, Dupuy advierte que lo más preocupante es que en el Perú se escuchan voces que proponen caminos similares. Candidatos que insisten en ampliar la participación del Estado en sectores productivos, en limitar o incluso revertir concesiones, en imponer trabas a la inversión privada bajo discursos que apelan al nacionalismo económico o a una supuesta justicia social mal entendida. “Son recetas viejas que ya han fracasado en nuestro continente y que, en lugar de corregir desigualdades, terminan agravándolas al destruir la base misma de la generación de riqueza: la inversión privada, la competitividad y la libertad de empresa”, sostiene.
Por ello, el caso boliviano debe servirnos de advertencia. “Cuando se margina al sector privado, se espanta la inversión y se apuesta por un Estado empresario sin capacidad de gestión, el desenlace es siempre el mismo: menos empleo, más pobreza y pérdida de competitividad”, enfatiza Dupuy. El Perú ha logrado avances importantes gracias a un modelo que, con sus imperfecciones, ha apostado por la apertura, la estabilidad macroeconómica y la promoción de la inversión privada como motor del crecimiento.
“El fracaso del modelo boliviano debe servir de advertencia para el Perú”

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