A diferencia del proyecto Manhattan que generó gran controversia en Tambogrande, el proyecto El Algarrobo, a cargo de la Compañía de Minas Buenaventura, será subterránea, con un impacto ambiental más reducido y con tratamiento de minerales a 11 kilómetros al sur de la zona urbana, lo que evitará el traslado de poblaciones.
Según el director de la compañía minera Buenaventura, Raúl Benavides, explicó que, la empresa propone ejecutar bajo la modalidad de obras por impuestos el encauzamiento de un tramo de cuatro kilómetros del río Piura, con el fin de proteger a Tambogrande de eventuales inundaciones. Esto respondería a la vulnerabilidad que ya mostró el puente de la localidad en temporadas de crecida.
“La explotación subterránea permitirá generar agua durante la operación de los dos yacimientos. Esta será tratada y posteriormente entregada a los agricultores de la margen izquierda del río Piura, lo que, podría beneficiar a la actividad agrícola de la zona y a la población”, dijo Benavides.

En cuanto a la magnitud de la inversión, Buenaventura proyecta una primera etapa valorizada en US $800 millones, con una inversión total que alcanzaría los US $2,000 millones.
“Pese a qué la llamada “licencia social” es difícil de conseguir en su totalidad, el proyecto busca generar beneficios tangibles tanto en infraestructura como en disponibilidad de agua en favor de la gente”, manifestó.