Destacan su aporte económico y su rol social indiscutibles
Cada 15 de octubre se conmemora el Día Internacional de las Mujeres Rurales, una fecha para reconocerles la fuerza que le ponen para sostener la agricultura, la seguridad alimentaria y la vida comunitaria en el país, considerando que su aporte económico es indiscutible y su rol social es igualmente vital porque mantienen tradiciones, lideran familias y enfrentan condiciones adversas para salir adelante.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el Perú residen más de 3.46 millones de mujeres en zonas rurales, lo que equivale al 47.8% de la población rural. Pese a su importancia, aún enfrentan serias brechas: la tasa de actividad económica femenina en el ámbito rural es de 77.4%, frente al 88.5% de los hombres, lo que refleja la necesidad de seguir cerrando las desigualdades de género en el campo.

En el ámbito productivo, el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) informó que 938,089 mujeres están registradas en el Padrón de Productores Agrarios, lo que equivale al 45.5% del total de productores a nivel nacional.
Además, el Midagri, a través del programa Agroideas, impulsa la Estrategia de Emprendimiento de la Mujer Rural e Indígena (EEMRI), que desde el 2022 ha beneficiado a más de 8,200 mujeres en todo el país, impulsando emprendimientos productivos liderados por ellas.
“Las mujeres aportan a lo largo de toda la cadena del sector agrícola, desde la producción hasta la comercialización. Hoy vemos mujeres liderando, generando empleo y tomando decisiones estratégicas. Para que más mujeres accedan a oportunidades, es clave impulsar el acceso equitativo, capacitación técnica y redes de mentoría que inspiren a nuevas generaciones”, dice la Key Account Manager de BASF, Milagros Chacón.
Para Gladys Monteza, productora de papa de la zona de Caraqueño, en Barranca, trabajar la tierra es más que una ocupación: es un compromiso con su comunidad y con el país. “Las mujeres que trabajamos en el campo ayudamos a la familia, al esposo. No es fácil: madrugamos, estamos en la chacra, también se sufre en el campo. Seguimos adelante porque nos gusta la agricultura”, afirma.
La historia de Carolina Zambrano, productora de semilla de papa en Jauja, resume otra arista de la experiencia femenina en el agro: “Al inicio era difícil que una mujer lidere en un sector dominado por hombres, pero poco a poco empiezan a incluirte en las actividades. Lo que pedimos hoy es más acceso a tecnología, capacitación y que se reconozca nuestro valor”.