El lento avance de los proyectos mineros en el país limita la inversión, el empleo y el desarrollo, alertó la economista Paola Herrera del Instituto Peruano de Economía (IPE).
A diferencia de otros países, donde el desarrollo de un proyecto minero puede tomar cerca de tres décadas, en el Perú los plazos son mucho más extensos. Según la economista senior del Instituto Peruano de Economía (IPE), Paola Herrera, en nuestro país “el tiempo es mucho mayor, cerca de 40 años y podría llegar a 55 si continúan los retrasos de la cartera minera”.
Herrera explicó que los principales obstáculos están en la aprobación de los estudios ambientales y la emisión de opiniones técnicas de diversas entidades. “Un estudio ambiental tarda en aprobarse más de tres veces el plazo legal”, precisó, al destacar que organismos como la Autoridad Nacional del Agua (ANA), el Servicio Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) o el Ministerio de Cultura suelen exceder los tiempos establecidos.

A ello se suma la limitada capacidad operativa de las instituciones encargadas de evaluar la viabilidad de los proyectos. La especialista recordó que “organismos clave como Senace, la oficina de gestión social del Minem y la ANA operan con presupuestos limitados, pese a tener que gestionar una cartera minera de 64 mil millones de dólares”.
Finalmente, Herrera advirtió que la demora prolonga la incertidumbre y fomenta la minería ilegal. En ese sentido, insistió en la necesidad de agilizar los trámites y fortalecer a las instituciones del sector para que el Perú pueda aprovechar su potencial minero, atraer inversiones y generar más empleo.