Programas estatales de empleo temporal alivian sectores vulnerables

Frente al desempleo en zonas rurales y urbanas donde un sector de la población no tiene las capacidades para postular a un trabajo formal del sector privado, los gobiernos han implementado programas, pero ¿Cómo deberían estar enfocados?

La Organización Internacional del Trabajo (OIT), señala que el empleo formal “mejora la vida de las personas: reconoce sus derechos y genera oportunidades de crecimiento”; y si bien el empleo formal en gran medida es generado por el sector privado, en economías emergentes como la peruana, un gran sector de la población, ubicada en la pobreza necesita trabajo, siendo una necesidad urgente que atender. 

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En ese sentido, la generación de empleo temporal desde el Estado para apoyar a las personas vulnerables en lugares donde no hay una oferta suficiente de empleo formal del sector privado, se vuelve importante para aliviar las necesidades de un sector de la población que no cuenta con recursos ni estudios adecuados. 

Los presupuestos que se destinan para los programas temporales de empleo generados desde el Estado son importantes. Solo entre el 2002 y el 2015 el Gobierno peruano desembolsó 2,233 millones de soles en los programas «A Trabajar Urbano» (2002-2006) con 681 millones; «Construyendo Perú» (2007-2011) con 584 millones y «Trabaja Perú» (2011-2015), con 968 millones, según datos del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).

Capacitación es la clave

El profesor de la carrera de Economía y Negocios Internacional de la Universidad ESAN, Bill Gee, señala que “la economía peruana está caracterizada por el alto índice de informalidad. Además, existe una considerable fracción de la población, clasificada como mano de obra no calificada, que debe ser atendida por el Estado por ubicarse en una condición de vulnerabilidad”.

En ese sentido, destaca que es crucial que la generación de empleo temporal lleve consigo un “enlazamiento” del trabajador a un empleo específico. 

“Por ejemplo, luego de filtrarse un grupo de personas que cumplen los requisitos para el programa según ciertas habilidades o características, resulta importante analizar el tiempo estimado del empleo. Este debe incluir una fase de capacitación. Previo a la culminación del empleo temporal, el programa debería ser capaz de “enlazar” al trabajador con su siguiente empleo”, explica. 

“La figura detrás de este esquema describe una sucesión casi continua de empleos temporales que favorecerían al trabajador y al país en términos de empleo e infraestructura”, agrega.

Ante la interrogante ¿Dónde debería enfocarse la generación de empleo temporal desde el Estado? El profesor Bill Gee de la universidad ESAN, señala que si bien la informalidad tiene como raíz fundamental el trabajo no calificado, en este sentido, la informalidad puede ubicarse en cualquier sector económico. 

“No obstante, el Estado puede enfocar esta generación de empleo temporal en los siguientes sectores, en primer lugar: construcción, minería, entre otras actividades primarias”, subraya.

Valor agregado 

Si bien los empleos temporales desde el Estado son para aliviar la situación económica de un sector de la población a través de una intervención específica a nivel de una obra de un gobierno local principalmente, es necesario agregarle valor para mejorar la competitividad del país.

Al respecto, el profesor Gee señala que, dado que las personas que serán admitidas a programas temporales de empleo del Estado, no tienen calificación o esta es baja, entonces es de suma importancia que estos empleos temporales tengan un componente de capacitación. 

“Adicionalmente, como sucede en muchos países europeos, algunos trabajos que se piensan poco calificados pueden volverse una ocupación especializada con ciertas habilidades específicas. Esto último ameritará una certificación en el mediano plazo”, recomienda.

Fuente: Andina

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