El exministro de Economía y director de Videnza Instituto, da precisiones sobre este recurso fundamental para financiar proyectos públicos, generar empleo y mejorar la calidad de vida de la población.
El canon minero está compuesto por el 50% del Impuesto a la Renta que las empresas mineras pagan al Estado por los recursos minerales que extraen y comercializan, tanto metálicos como no metálicos. Sobre ello, el exministro destacó que es un impuesto anual: “En el año 2024 refleja lo que se pagó en impuesto a la renta correspondiente al año anterior, el año 2023”, precisó.
Respecto a la fecha en la cual los gobiernos regionales y las municipalidades lo reciben, mencionó: “Los recursos provenientes del canon minero suelen ser entregados a los gobiernos locales y municipalidades en dos partes. En enero, se entrega un adelanto correspondiente al 60% de la estimación total anual correspondiente al año anterior. En julio, se entrega una cifra cercana al 40% restante, tras haber obtenido el cálculo final en base a las cotizaciones de los metales en los mercados internacionales”.
Por otro lado, explicó que este monto puede ser mayor o menor a lo proyectado inicialmente. “Se tiende a pagar más de lo que se proyectó en el presupuesto y, si hay una caída en los precios, se paga menos, dado que el canon es un recurso que va en función de los precios internacionales de las materias primas”. Asimismo, comentó que algunos años ha habido una sobreestimación y se paga menos, pero que generalmente hubo una subestimación y se pagan más recursos a mitad de año.
Respecto a su uso, detalló que solamente puede ser utilizado para gastos de inversión, proyectos de inversión pública y que hay un porcentaje de canon que también se permite para gastos de mantenimiento, que es gasto corriente. “El canon no puede ser utilizado para el pago de planillas o gasto corriente en general”, aseveró.