En el Perú, la gestión estatal de los servicios públicos es ineficiente y ha dado lugar a pérdidas monetarias, corrupción, copamiento de cargos públicos, provisión insuficiente de servicios y precios inadecuados. Al respecto, ComexPerú refiere: “Las empresas públicas han estado sujetas a regulaciones improductivas sin un control efectivo de rendimiento o eficacia, lo que afecta negativamente a los contribuyentes y desincentiva la inversión privada. Esta situación, además, obstaculiza la generación de recursos necesarios para mejorar la prestación de los servicios públicos y contribuye al déficit fiscal y la inflación”.
Petroperú, Corpac y algunas prestadoras de servicios de saneamiento (EPS) son ejemplos de empresas públicas ineficientes que generan gastos no productivos utilizando recursos públicos. Pese a ello, ComexPerú advierte que, siguen presentándose iniciativas legislativas para afianzar la ineficiencia de la gestión estatal, incluso cerrando las puertas a los esquemas de colaboración público-privada en la gestión de servicios públicos.
A diferencia del Estado, el sector privado gestiona los servicios como una verdadera empresa: si hay pérdidas económicas, las asume, no los contribuyentes. Otra ventaja es su capacidad para realizar grandes inversiones en tecnología avanzada y conocimientos técnicos, lo cual asegura que quienes proveen el servicio estén mejor equipados, garantizando calidad y eficiencia del servicio ofrecido. De esta manera, el gremio subraya que “la intervención del Estado en la gestión de estos servicios debería limitarse a los casos donde exista ausencia o insuficiencia de las prestaciones gestionadas por el sector privado. De esta manera, el Estado cumpliría su rol de asegurar una mayor calidad y eficacia en la prestación de los servicios públicos”.