ComexPerú sostiene que se requiere un mayor crecimiento económico y un entorno que incentive la inversión, especialmente en sectores que impulsen el desarrollo de pequeñas y medianas empresas.
La evolución del PBI y la tasa de pobreza en el Perú entre 2004 y 2023 muestran una relación inversa. El PBI presentó un crecimiento sólido hasta 2008, cuando fue interrumpido por el impacto de la crisis financiera. A partir de entonces, experimentó ciclos de expansión y contracción. Igualmente, esto logró mantener una reducción sostenida de la tasa de pobreza. En 2020, el PBI sufrió una abrupta caída debido a la pandemia. La paralización de la producción generó un aumento del número de personas en situación de pobreza monetaria, que pasó del 20.2% en 2019 a más del 30% en 2020.
Para ComexPerú, el crecimiento de la tasa de pobreza y su relación con el PBI en los últimos años evidencian la necesidad de políticas públicas focalizadas que fomenten la inversión, más aún la privada, que representa el 80% del total. “Sin el verdadero motor de crecimiento, la inversión, será difícil reducir la pobreza y generar oportunidades para todos. Asimismo, es importante contar con políticas que mitiguen el impacto de crisis, para salvaguardar a los grupos más vulnerables”, afirma el gremio.
Por otro lado, los estimados de crecimiento económico proyectados por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y el Banco Central de Reserva del Perú, alrededor del 3%, no serían suficientes para lograr una reducción sostenida de la pobreza. Por tanto, se requiere un mayor crecimiento económico y un entorno que incentive la inversión, especialmente en sectores que impulsen el desarrollo de pequeñas y medianas empresas. En ese sentido, potenciar el crecimiento no será posible sin fomentar la inversión privada.