El Santuario de Nuestra Señora de las Mercedes de Paita: Historia, Fe y Milagros

En la ciudad portuaria de Paita, en la región norteña de Piura, se alza majestuoso el Santuario de Nuestra Señora de las Mercedes, símbolo de fe arraigada y testigo de episodios extraordinarios que han forjado la devoción mariana de generaciones. Esta venerada imagen, también conocida como la «Estrella de la Fe y de la Evangelización» —título otorgado por San Juan Pablo II durante su visita al Perú en 1985—, ha sido salvada de la destrucción en más de una ocasión, alimentando el fervor popular que permanece intacto hasta nuestros días.

La devoción a la Virgen de las Mercedes se remonta al siglo XVI, con la llegada de los padres mercedarios, quienes emprendieron la misión evangelizadora en tierras del antiguo imperio inca. Fue en ese contexto que se construyó en Paita un santuario para albergar una imagen mercedaria que, según la tradición, data de varios siglos y es atribuida a la reconocida Escuela Quiteña, por la dulzura y finura que transmite su rostro.

Dos hechos históricos han marcado profundamente la historia de esta imagen. El primero ocurrió en 1587, cuando el corsario inglés Thomas Cavendish atacó el puerto y lo redujo a cenizas. Las llamas alcanzaron incluso el templo, amenazando con consumir todo a su paso. Fue entonces cuando un devoto anónimo, arriesgando su vida, ingresó al templo en llamas y logró rescatar la imagen mariana del altar mayor, evitando así su destrucción.

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El segundo suceso tuvo lugar el 24 de septiembre de 1741, precisamente en la festividad de la Virgen de las Mercedes, cuando otro pirata inglés, Jorge Anson, saqueó el puerto y se llevó la sagrada imagen como botín. Sin embargo, durante su travesía por el Pacífico, una tormenta desató la furia del mar. El corsario, creyendo que el fenómeno era una represalia divina, disparó a la imagen a la altura del cuello. De forma milagrosa, según la tradición, brotó sangre de la herida. Aterrorizado, Anson arrojó la escultura al mar. La imagen fue posteriormente hallada por unos pescadores, quienes la devolvieron a su santuario, dando inicio a una devoción aún más profunda y extendida.

Desde entonces, cada año, del 12 al 30 de septiembre, Paita se viste de fiesta para rendir homenaje a su patrona, a quien llaman con cariño “la Mechita”. El día central, el 24 de septiembre, es presidido por el arzobispo de Piura, quien celebra la Santa Misa en honor a la Virgen y a las Fuerzas Armadas del Perú, que la reconocen como su patrona espiritual.

La imagen de Nuestra Señora de las Mercedes no solo es venerada por su belleza artística, sino también por su historia llena de fe, valentía y milagros, convirtiéndose en símbolo de identidad religiosa para los paiteños y un faro espiritual para miles de peregrinos que, año tras año, llegan desde distintos rincones del país para participar de esta tradición viva.

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