Dependencia de Machu Picchu expone debilidades del turismo peruano

Expertos piden campañas rápidas y mejoras en conectividad para impulsar otros destinos frente a la dependencia del Cusco.
La actual crisis en Machu Picchu ha puesto en evidencia la vulnerabilidad del modelo turístico peruano, excesivamente centralizado en un solo destino. Para expertos del sector, esta coyuntura debería encender las alarmas y acelerar un cambio de estrategia. “Se necesita reaccionar rápido con campañas de promoción, mejorar la infraestructura y servicios, y ofrecer experiencias únicas que compensen la imposibilidad de llegar a Machu Picchu”, advirtió el exdecano del Colegio de Economistas, Raúl Martínez.
El Perú cuenta con múltiples atractivos aún subexplotados, como el legado cultural de Chan Chan en La Libertad, Kuélap en Amazonas o la experiencia vivencial en comunidades andinas de Ayacucho y Puno. A ello se suman la biodiversidad de la Reserva Pacaya Samiria en Loreto y las playas del norte, consideradas paradisíacas. “Son oportunidades que se deberían aprovechar y dar a conocer a los turistas internacionales con campañas rápidas de promoción”, dijo el especialista.


Sin embargo, la infraestructura turística y la conectividad en gran parte del país no están preparadas para absorber un mayor flujo de visitantes. “Este efecto sustitución puede ser temporal si Cusco resuelve sus conflictos, porque los turistas van a volver a una de las siete maravillas del mundo moderno”, señaló Raúl Martínez.
Ante esta realidad, el llamado es claro: no basta con atender coyunturas, sino construir una estrategia nacional de diversificación que dé sostenibilidad al turismo y evite que una sola crisis paralice al sector.

Expertos piden campañas rápidas y mejoras en conectividad para impulsar otros destinos frente a la dependencia del Cusco.
La actual crisis en Machu Picchu ha puesto en evidencia la vulnerabilidad del modelo turístico peruano, excesivamente centralizado en un solo destino. Para expertos del sector, esta coyuntura debería encender las alarmas y acelerar un cambio de estrategia. “Se necesita reaccionar rápido con campañas de promoción, mejorar la infraestructura y servicios, y ofrecer experiencias únicas que compensen la imposibilidad de llegar a Machu Picchu”, advirtió el exdecano del Colegio de Economistas, Raúl Martínez.
El Perú cuenta con múltiples atractivos aún subexplotados, como el legado cultural de Chan Chan en La Libertad, Kuélap en Amazonas o la experiencia vivencial en comunidades andinas de Ayacucho y Puno. A ello se suman la biodiversidad de la Reserva Pacaya Samiria en Loreto y las playas del norte, consideradas paradisíacas. “Son oportunidades que se deberían aprovechar y dar a conocer a los turistas internacionales con campañas rápidas de promoción”, dijo el especialista.
Sin embargo, la infraestructura turística y la conectividad en gran parte del país no están preparadas para absorber un mayor flujo de visitantes. “Este efecto sustitución puede ser temporal si Cusco resuelve sus conflictos, porque los turistas van a volver a una de las siete maravillas del mundo moderno”, señaló Raúl Martínez.
Ante esta realidad, el llamado es claro: no basta con atender coyunturas, sino construir una estrategia nacional de diversificación que dé sostenibilidad al turismo y evite que una sola crisis paralice al sector.

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