Hablar de Topitop es hablar de Aquilino Flores, el huancavelicano de origen humilde que superó todas las limitaciones para salir adelante y fundar uno de los imperios textiles más importante de Latinoamérica.
La Historia de Topitop se puede resumir en tres palabras: Dedicación, perseverancia e Ingenio. Y claro, hablar de esta marca peruana es también hablar de Aquilino Flores, el huancavelicano de origen humilde que superó todas las limitaciones para salir adelante y fundar uno de los imperios textiles más importante de Latinoamérica.
Los orígenes de la empresa se remontan a Huancavelica, uno de los departamentos más pobres del Perú. Ahí, Aquilino vivió sus primeros años en un ambiente lleno de carencias, pero también rodeado del amor y cariño de sus padres y hermanos.
Sin embargo, en 1960 una tragedia sacudiría al pequeño Aquilino al ver morir a su padre a la edad de 12 años. «Yo era feliz con mi familia, hasta que falleció mi padre cuando era pequeño. Para mí fue un golpe muy duro porque yo era el mayor de mis hermanos. Así que como todo migrante provinciano, decidí venir a lima para trabajar», dijo alguna vez Aquilino.
En medio del dolor y la necesidad de resolver el sustento de su familia, Aquilino toma la decisión de irse de casa en busca de un futuro mejor. Es así que decide viajar a Pisco para trabajar en el apañamiento de algodón. Esa fue su primera experiencia con el negocio que años más tarde le abriría las puertas del éxito.
Luego, Aquilino decide viajar a la capital. En Lima empezó a ganarse la vida lavando autos en los alrededores del Mercado Central. Era un muchacho carismático y muy empeñoso, según dijeron las personas que lo conocieron por esos años.
“Cuando llegué a la capital, todo me parecía grande, no como en mi tierra. Comencé a ganarme la vida lavando autos en las afueras del mercado central, y vendiendo golosinas. Me iba muy bien, siempre trataba de hacer bien mi trabajo para que los dueños me buscaran para limpiar sus carros, y es que en esta vida, hay que saber ganarse todo y a todos”, señaló Aquilino.
Precisamente, uno de los dueños de los carros que lavaba, le propuso que le vendiera unos de los polos que fabricaba en su taller informal. Le dió veinte y le dijo que se tomara todo el tiempo que le hiciera falta.
Aquilino era mu hábil y vendió las veinte camisetas en un solo día. De este modo, antes de haber alcanzado la adolescencia, paso de lavador de autos a vendedor ambulante en el Centro de la Lima.
Aquilino vio una oportunidad de oro en este rubro y fue consolidando su sueño poco a poco. Es así que con los ahorros que tenía, decide comprar una máquina de coser e instala un pequeño taller en una cochera.
El negocio funcionaba bien y Aquilino decide traer a sus hermanos Manuel, Carlos, Marcos y Armando de Huancavelica para que trabajaran con él. Así fundan su primera empresa llamada Creaciones Flores
El crecimiento fue acelerado, de vendedores informales pasaron a ser comerciantes en el Mercado Central. Y aunque Aquilino no sabía leer de corrido, ni escribir, era empeñoso, creativo, muy inteligente y con una intuición casi milagrosa para identificar los gustos y las preferencias del público consumidor.
El gran salto del negocio artesanal de Aquilino Flores comenzó el día que un comerciante de Desaguadero, la ciudad fronteriza entre Perú y Bolivia le hizo un pedido de 10 mil dólares de camisetas con dibujos de colores.
De inmediato, Aquilino y sus hermanos trabajaron a marchas forzadas y llegaron a entregar los 10 mil dolares de polos en los plazos prometidos.
El inicio de Topitop
A inicios de los años 80, el crecimiento de la empresa de Aquilino continúa pese a los conflictos sociales de la época. En 1982, decide ya no trabajar a través de comerciantes y es así que en 1983 crea la empresa Topy Top.
En 1986 decide inaugurar sus primeras 3 tiendas Topy Top en Lima. El éxito fue instantáneo y eso lo motiva a abrir tiendas en Trujillo, Piura y Arequipa. Además, a mediados de la década del 90 construye su primera planta modelo para producir de 40 a 50 mil prendas diarias para la exportación de sus productos.
En 1996 se inician las primeras exportaciones a países cercanos como Argentina, Paraguay, Chile y Brasil, Ecuador, Colombia y a grandes cadenas internacionales como GAP y Old Navy, entre otras.
En 1997, Topy Top se fusiona con Creaciones Flores SRL. y cambia de denominación social adaptando el nombre de Topy Top S.A.. En el año 2000, se acordó la fusión por absorción de la compañía Perú Color Star S.A.
Desde 2005, TopiTop es el máximo exportador de la industria textil del Perú con tiendas a su nombre en Ecuador y Venezuela, aunque en esta última ha dejado de invertir debido a la difícil coyuntura del país caribeño.
A finales de 2007, cambia su nombre de Topy Top con «Y» griega a Topitop con «I» latina, y se empieza a caracterizar por exportar el 70% de sus productos a países como Estados Unidos y Alemania.
En la actualidad
En los úlitmos años, la marca ha tenido CEOs reconocidos como el chileno Julio Contreras, quien trabajó para Falabella por 22 años y le dio el apodo de la «Zara de los Andes».
Durante la pandemia, decidieron cerrar 6 de sus 66 locales en el país, sin embargo, en paralelo la empresa ha apostado por el canal digital registrando un crecimiento importante y demostrando la transformación de la marca a los nuevos tiempos.
Han pasado ya más de 40 años desde la llegada de Aquilino a Lima y Topitop se ha consolidado como una de las marcas más representativas de nuestro país, registrando ventas anuales que superan los US$ 100 millones de dólares y dando empleo directo a más de 10 mil personas.
El sueño de Aquilino es el sueño de cientos de provincianos que llegaron a la capital en la década de los 60 atraídos por la prosperidad y las oportunidades que ofrecía. Su éxito se materializó gracias a sus habilidades, esfuerzo y decisión para sobreponerse a su origen social.
Hoy, Aquilino Flores es uno de los líderes empresariales más importantes de nuestro país y su historia un ejemplo de emprendimiento para todos.
Fuente: Perú Retail