Con audiencias públicas y solicitudes de información, los ciudadanos peruanos se convierten en protagonistas clave en la toma de decisiones y vigilancia de las políticas públicas, impulsando una democracia más activa.
La participación ciudadana en el Perú es un pilar de la democracia, con mecanismos que buscan fortalecer la relación entre la población y sus autoridades. Desde audiencias públicas hasta reuniones de trabajo conjunto, los ciudadanos cuentan con herramientas para expresar sus opiniones e influir en la toma de decisiones. Según el Instituto Peruano de Derecho Electoral (2021), las audiencias públicas son obligatorias en los niveles regional y local, sirviendo como plataformas donde los ciudadanos pueden expresar preocupaciones y propuestas sobre la gestión pública. Los espacios de encuentro ciudadano, por su parte, facilitan la concertación y la construcción de consensos en torno a temas de interés común.
«La participación ciudadana puede ser informativa, consultiva, decisoria o de cogestión», explica el Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (Ceplan), destacando que estas modalidades van desde el acceso a la información hasta la colaboración directa en la implementación de políticas públicas. Este enfoque progresivo refleja cómo el involucramiento ciudadano puede evolucionar desde un rol pasivo hacia una contribución activa y decisiva.
Asimismo, la vigilancia activa es crucial para garantizar la eficacia de las políticas públicas. «La supervisión ciudadana promueve la transparencia y asegura que las decisiones reflejen las necesidades reales de la población», señala el Instituto Peruano de Derecho Electoral. Mecanismos como la revocatoria de autoridades y la demanda de rendición de cuentas permiten a la ciudadanía supervisar la gestión pública, consolidando su papel como actor clave en la gobernanza democrática.