Educar en vacaciones: un tiempo para aprender y crecer en familia

En las vacaciones escolares de verano muchos padres tienen problemas para organizar los tiempos en familia, sobre todo, cuando deben continuar su jornada laboral y el tiempo para la recreación es limitado. Sin embargo, pueden ver estas circunstancias como un reto para mejorar la convivencia familiar.

Al respecto, Gabriela Alcalá, profesora de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Piura, brinda algunas recomendaciones, para que las familias puedan aprovechar las vacaciones de verano con sus hijos, de mejor manera.

Primero, identifique los intereses de cada miembro de la familia. Recuerde que las vacaciones no solo involucran a los hijos. Se trata de vivir ese tiempo libre en familia; por eso, los adultos deben planificar las actividades con ayuda de los hijos, señala
Alcalá.

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Por ejemplo, si a los padres les gusta pasar tiempo en casa, pero los niños quieren salir y conectar con la naturaleza, lo ideal sería encontrar un equilibrio para que todos se sientan gratificados y valorados. “Recordemos que no se ama lo que no se conoce y si hablamos de la familia, esta debe ser el lugar donde nos sentimos más amados y respetados, por lo que es importante aprovechar estas circunstancias para conocernos más”, refiere la docente.

Otro aspecto a tener en cuenta es el diálogo ya que, con la abrumadora llegada de la tecnología a la vida familiar, los momentos de conversación (ya sea en grupo o a solas) se están perdiendo. En ese sentido, Alcalá sostiene que las vacaciones son un buen momento para desconectarse de la tecnología y comenzar a practicar el hábito de escucharnos y comprendernos.

En ese espacio de diálogo se puede enseñar las habilidades blandas o el trabajo en equipo con un juego tradicional como “la charada”. También, se aprende a ser empático con el otro al ver una buena película en familia; y a tolerar la frustración cuando alguien gana limpiamente un juego. “En estos momentos de distensión, el niño se siente protegido y a gusto. Es capaz de mostrarse como es y puede madurar emocionalmente con el soporte de los hermanos mayores o adulto responsables”.

El valor del tiempo

Por otro lado, la profesora de la UDEP indica que la economía no puede ser un factor determinante en la elección de actividades familiares ya que lo único que no se puede comprar es el tiempo. No se trata de invertir mucho para unas vacaciones soñadas en las que cada quien realiza lo que más le gusta de forma aislada, sino de invertir esfuerzo y dedicación para que cada momento en familia sea memorable.

Para ello, es necesario que se realicen acuerdos y, en especial, que se respeten para lograr que ese tiempo de vacaciones sea muy grato. Ello se logra bajo un estilo de crianza democrático, donde el niño sabe quién es la autoridad y esta respeta y satisface las necesidades de los hijos, señala Alcalá.

Finalmente, el tiempo en familia es idea para desarrollar los famosos “pasatiempos”, que a futuro pueden desarrollar habilidades impensadas en cada uno de los miembros de la familia. Algunos ejemplos son realizar un karaoke con los distintos géneros que escucha la familia, así se conocen las preferencias musicales de los hijos; o, elaborar postres, bailar en familia, leer un buen libro y realizar una “tertulia” para contar las impresiones sobre lo leído. Todas estas actividades permiten desarrollar la creatividad y serán parte de la educación familiar que se debe dar en el hogar.

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